Existen muchos tipos de tarjetas bancarias que se comercializan en la actualidad: tarjetas de crédito, prepago, emitidas por comercios, virtuales… En un principio estas tarjetas de crédito deberían facilitarnos nuestro día a día pero pueden traernos quebraderos de cabeza y salirnos muy caras, como lo que sucede con las tarjetas revolving.
En los últimos años se ha comercializado mucho con las tarjetas de pagos aplazados o más conocidas como tarjetas revolving.
Las más populares son Wizink, Citibank, La Caixa, Bankinter card, también son muy usadas en gasolineras… pero hay muchas más.
Para entender cómo funcionan debemos tener en cuenta que nos encontramos ante un auténtico contrato de crédito, con un límite de dinero del que se puede disponer que ronde entre los 600€ y 6000€ pero puede ser inferior o superior.
El propietario de la tarjeta podrá disponer del crédito establecido dentro de los límites pagando de forma aplazada. La diferencia con una tarjeta de crédito normal es que la devolución del crédito se realizará de forma aplazada y con intereses.
Los intereses de estas tarjetas pueden ser un porcentaje del crédito o una cantidad fija, de tal modo que si la cantidad de crédito que solicitamos aumenta, la suma de dinero supondrá un mayor porcentaje o la cantidad de cuotas que se deberá abonar para liquidar el crédito incrementará en el caso de que la entidad nos cobre una cantidad fija.
Comisiones continuas
Otra característica de este tipo de tarjetas es que a medida que se va devolviendo el crédito los límites de nuevo crédito vuelven a aumentar, de hecho esta es la razón por la que la tarjetas se llaman revolving; son como una puerta giratoria que genera continuamente comisiones que pueden llegar a suponer mucho dinero.
En caso de que realicemos un pago de 4000€ y suponiendo que tenemos un límite de 6000€ Dispondríamos todavía de 2000€ de crédito. En caso de que devolvamos 1000€ nuestro límite volvería a aumentar hasta los 3000€.
A simple vista se trata de un contrato que nos permite hacer frente a pagos y que nos permite pagarlos de forma aplazada poco a poco, lo que la mayoría de la gente no conoce es el abusivo porcentaje de dinero que se paga en comisiones y que está penado por ley.
La ley de usura, se trata de una norma de 1908 que sigue vigente en nuestro ordenamiento jurídico y permite impugnar créditos usurarios o abusivos.
Intereses muy altos
Los intereses que se pueden llegar a pagar con estas tarjetas superan el 21% anualmente. Cuando se comercializan estas tarjetas, normalmente hablan de tipos de interés mensual y puede confundirnos.
Resulta más atractivo hablar de un tipo de interés del 2% mensual que de un tipo anual del 24% y aunque ambos parezcan iguales, no lo son. Por eso es conveniente fijarse en la TAE (tasa anual equivalente) se establece en valores anuales y contempla todos los gastos y comisiones que conlleva el contrato.
En ABOGALIS somos conscientes de estas malas prácticas bancarias y velamos por la protección de nuestros clientes.
La nulidad de los contratos de préstamos que puedan considerarse usurarios ha estado afectando a mucha gente durante muchos años y recuperar el dinero es posible.
Miguel Martín