Con la antigua ley hipotecaria, todos los gastos y comisiones los asumíamos los clientes: gestoría, notaría, tasación y registro. Pero, con la nueva ley hipotecaria, a pesar de que seguiremos pagando por la compraventa, los bancos serán los que paguen todos estos gastos, excepto la tasación.
Comparación entre la ley actual y la nueva ley hipotecaria
Si ya has firmado una hipoteca
Si ya tienes una hipoteca, sólo puedes beneficiarte del aumento de las cantidades y el plazo que se puede impagar sin que el banco recurra a la cláusula de vencimiento anticipado. Esta es una cláusula según la cual el banco puede tramitar la ejecución hipotecaria. Aunque estas condiciones solo serán aplicables en aquellos préstamos en los que no se haya activado dicha cláusula.
Asímismo, los hipotecados nos beneficiaremos de la lista negra de cláusulas que contiene la ley.
También existe la posibilidad de convertir una hipoteca variable en una fija, aunque los actuales tipos de interés negativos son una excepción. Concretando un poco, la ley abaratará los costes del cambio de una hipoteca a otra.
Si vas a firmar una hipoteca
- Antes de firmar, deberás asegurarte de que el contrato se ajusta a la legalidad. Para ello, acude a un notario siete días antes de la firma.
- La nueva ley hipotecaria contempla la posibilidad de crear un modelo tipo de hipoteca y con un documento en el que aparezcan detalladamente las clausulas abusivas.
- El banco tampoco podrá colocarte los productos vinculados. Estos son, por ejemplo, obligarte a contratar seguros de hogar o de vida a cambio de una hipoteca.
- Pero sí se puede ofrecer los productos combinados, por ejemplo contratar el seguro de hogar te baja el diferencial en una décima y otra más si contratas el seguro de vida.
- Te estarás preguntando, ¿qué sucede en caso de impago? El conocido como interés de demora no puede superar tres veces el precio del dinero, es decir, un 9%.